No quiero ser negativa ni recurrente pero es la realidad ante la que vivimos y tampoco podemos cerrar los ojos. El caso es que debido a la ineptitud de unos cuantos políticos que han malgastado el dinero de los contribuyentes en proyectos innecesarios, han provocado una debacle en la educación, por citar alguna.
La situación es que 450 colegios concertados de la Comunidad Valenciana están en peligro de cierre por lo que les debe la Generalitat. Esto afectaría a un total de 225.000 niños. Sin embargo, los colegios públicos no se verán tan afectados porque los ayuntamientos asumen su mantenimiento.
Además, la Generalitat también debe a las librerías 31 millones de euros por el concepto del bono-libro.
Alberto Fabra no empieza con muy buen pie su presidencia en la Generalitat Valenciana. Pero no es de extrañar con la "magínifica" herencia que han dejado los anteriores mandatarios.
Si quieres puedo mirar en mi bola de cristal (ahumado) y ver lo que nos espera en educación, que no es otra cosa que dar un paso atrás. No tiene mucho misterio, sólo hace falta preguntar a alguien que haya vivido como profesor la época posfranquista. Por ejemplo, mi padre.
ResponderEliminarLos funcionarios sin oposición, léase los interinos, serán contratados por periodos muy cortos y muy mal pagados. Tendrán que hacer las tareas multiplicadas por dos y siempre con la posibilidad de ser despedidos. Los funcionarios con plaza, no tendrán esos sueldos envidiables y tendrán que buscarse otro trabajo para completar un sueldo decente.
"Pasas más hambre que un maestro de escuela", se decía entonces.
Los centros concertados desaparecerán, simplemente porque no hay dinero, quién quiera una educación mejor que la pública tendrá que pagarla. Eso es exactamente lo que quiere la derecha de este país. Sólo los ricos tendrán acceso a una educación de élite, quizá entonces no lleven sus hijos al extranjero.
Y la educación pública será mediocre y sin recursos. Los profesores debido a su sueldo no estarán motivados, por lo que no se les podrá pedir milagros. Tal vez entonces el buen profesor tenga más mérito que ahora, ya que lo será por vocación, no por conseguir el maravilloso estatus de "funcionario" con el que tanto hemos despilfarrado los españoles.